The gut-brain connection. La conexión intestino-cerebro by Harvard Medical Shool

Posted by EMS Solutions International on


La conexión intestino-cerebro

19 de abril de 2021

Preste atención a su conexión intestino-cerebro: puede contribuir a sus problemas de ansiedad y digestión

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La conexión intestino-cerebro no es una broma; puede relacionar la ansiedad con problemas estomacales y viceversa. ¿Alguna vez has tenido una experiencia "desgarradora"? ¿Algunas situaciones te hacen sentir "náusea"? ¿Alguna vez has sentido "mariposas" en el estómago? Usamos estas expresiones por una razón. El tracto gastrointestinal es sensible a las emociones. Ira, ansiedad, tristeza, júbilo: todos estos sentimientos (y otros) pueden desencadenar síntomas en el intestino.

El cerebro tiene un efecto directo sobre el estómago y los intestinos. Por ejemplo, la sola idea de comer puede liberar los jugos del estómago antes de que llegue la comida. Esta conexión va en ambos sentidos. Un intestino con problemas puede enviar señales al cerebro, al igual que un cerebro con problemas puede enviar señales al intestino. Por lo tanto, el malestar estomacal o intestinal de una persona puede ser la causa o el producto de la ansiedad, el estrés o la depresión. Eso es porque el cerebro y el sistema gastrointestinal (GI) están íntimamente conectados.

Esto es especialmente cierto en los casos en que una persona experimenta molestias gastrointestinales sin una causa física obvia. Para tales trastornos gastrointestinales funcionales, es difícil tratar de curar un intestino angustiado sin considerar el papel del estrés y la emoción.

Salud intestinal y ansiedad

Dada la estrecha interacción entre el intestino y el cerebro, es más fácil comprender por qué puede sentir náuseas antes de hacer una presentación o sentir dolor intestinal en momentos de estrés. Eso no significa, sin embargo, que las condiciones gastrointestinales funcionales sean imaginadas o "todo en su cabeza". La psicología se combina con factores físicos para causar dolor y otros síntomas intestinales. Los factores psicosociales influyen en la fisiología real del intestino, así como en los síntomas. En otras palabras, el estrés (o la depresión u otros factores psicológicos) pueden afectar el movimiento y las contracciones del tracto GI.

Además, muchas personas con trastornos GI funcionales perciben el dolor de manera más aguda que otras personas porque sus cerebros responden mejor a las señales de dolor del tracto GI. El estrés puede hacer que el dolor existente parezca aún peor.

Con base en estas observaciones, se podría esperar que al menos algunos pacientes con condiciones gastrointestinales funcionales mejoren con la terapia para reducir el estrés o tratar la ansiedad o la depresión. Múltiples estudios han encontrado que los enfoques basados en la psicología conducen a una mayor mejora en los síntomas digestivos en comparación con el tratamiento médico convencional.

Conexión intestino-cerebro, ansiedad y digestión

¿Tus problemas estomacales o intestinales, como acidez estomacal, calambres abdominales o heces blandas, están relacionados con el estrés? Esté atento a estos y otros síntomas comunes de estrés y discútalos con su médico. Juntos pueden idear estrategias que lo ayuden a lidiar con los factores estresantes en su vida y también a aliviar sus molestias digestivas.

Imagen: © ChrisChrisW |

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