El riesgo de contraer la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) durante un viaje aéreo es menor que desde un edificio de oficinas, un aula, un supermercado o un tren de cercanías.

¿Cómo se transmite el COVID-19?

El virus que causa el COVID-19 se emite cuando alguien habla, tose, estornuda o canta, principalmente en gotitas que pueden ser impulsadas a corta distancia y, a veces, en partículas de aerosol más pequeñas que pueden permanecer suspendidas y viajar más lejos. Otra persona puede infectarse si estas partículas llegan a su boca o nariz, directamente o a través de las manos. La transmisión por contacto superficial también es importante en algunos casos.

¿Qué tan limpio está el aire en los aviones de pasajeros?

El aire ingresa a la cabina desde las entradas superiores y fluye hacia las salidas a nivel del piso. El aire entra y sale de la cabina por la misma fila de asientos o por filas cercanas. Hay relativamente poco flujo de aire hacia adelante y hacia atrás entre las filas, lo que hace menos probable que se propaguen partículas respiratorias entre las filas.

El flujo de aire en los aviones a reacción actuales es mucho más rápido que el de los edificios interiores normales. La mitad es aire fresco del exterior, la otra mitad se recicla a través de filtros HEPA del mismo tipo que se utilizan en los quirófanos. Cualquier riesgo restante que deba gestionarse proviene del contacto con otros pasajeros que podrían ser contagiosos. Los respaldos de los asientos proporcionan una barrera física parcial y la mayoría de las personas permanecen relativamente quietas, con poco contacto cara a cara.

A pesar de un número considerable de viajeros, el número de casos sospechosos y confirmados de transmisión de COVID-19 en vuelo entre pasajeros de todo el mundo parece pequeño (aproximadamente 42 en total). En comparación, un estudio sobre la transmisión de COVID-19 a bordo de trenes de alta velocidad en China entre contactos de más de 2.300 casos conocidos mostró una tasa general del 0,3% entre todos los pasajeros. El riesgo a bordo se puede reducir aún más cubriéndose la cara, como en otros entornos donde no se puede mantener el distanciamiento físico.

Medidas de reducción de riesgos por parte de aeropuertos y aerolíneas

Las medidas que se están tomando en los aeropuertos y a bordo pueden incluir pruebas de temperatura y/o preguntas sobre los síntomas (fiebre, pérdida del sentido del olfato, escalofríos, tos, dificultad para respirar); limpieza y desinfección mejoradas; embarque/procesamiento de equipaje sin contacto; uso de barreras físicas y sanitización en aeropuertos; distanciamiento físico en aeropuertos y durante el embarque; uso de cubiertas o mascarillas para la cara; separación entre pasajeros a bordo cuando sea posible; ajuste del servicio de alimentos y bebidas para reducir el contacto; control de acceso a pasillos y baños para minimizar el contacto; limitar la exposición de los miembros de la tripulación a infecciones; y facilitación del rastreo de contactos en caso de que un pasajero desarrolle una infección.

Los pasos adicionales que se están estudiando son las pruebas de verificación previas al vuelo para detectar COVID-19 y los ajustes a los requisitos de cuarentena.

Pasos que pueden tomar los pasajeros

Utilice mascarilla, no viaje si no se siente bien y limite el equipaje de mano. Mantenga distancia de los demás siempre que sea posible; Informe al personal si alguien claramente no se encuentra bien. Si hay una boquilla de aire en el techo, ajústela para que apunte directamente a su cabeza y manténgala encendida al máximo. Permanezca sentado si es posible y siga las instrucciones de la tripulación. Lávese o desinfecte las manos con frecuencia y evite tocarse la cara.