Investigadores del MIT han desarrollado un sensor ingerible que puede revelar problemas de motilidad gastrointestinal, como la gastroparesia y la enfermedad por reflujo gastroesofágico. La tecnología está pensada para usarse como un método casero sencillo para diagnosticar dichos problemas, que generalmente requieren procedimientos más invasivos e inconvenientes, como endoscopia o imágenes de rayos X. Esta nueva tecnología se basa en el concepto de que un campo magnético producido por una bobina electromagnética se vuelve más débil cuanto más te alejas de la bobina. Este cambio en la señal de campo es predecible, lo que permite a los investigadores calcular la distancia con precisión midiendo el campo magnético. El sensor ingerible mide el campo magnético circundante y con él calcula su distancia a una bobina electromagnética situada fuera del cuerpo. Esto permite que el sensor calcule en qué parte del tracto gastrointestinal se encuentra, y esta información puede revelar a los médicos qué partes del tracto son responsables de la motilidad lenta.
Los trastornos de la motilidad gastrointestinal ocurren cuando una parte del tracto gastrointestinal no logra mover los alimentos como debería. Esto puede ocurrir en cualquier parte del tracto gastrointestinal y, obviamente, un primer paso en el tratamiento de estas afecciones es determinar qué parte del intestino está causando el problema. Sin embargo, los enfoques actuales son un poco engorrosos o invasivos y requieren la exposición del paciente a radiación en forma de imágenes de rayos X o técnicas endoscópicas que implican la inserción de catéteres sensores de presión que pueden medir las contracciones del intestino.
"Muchas personas en todo el mundo sufren de dismotilidad gastrointestinal o de motilidad deficiente, y tener la capacidad de monitorear la motilidad gastrointestinal sin tener que ir al hospital es importante para comprender realmente lo que le está sucediendo a un paciente", dijo Giovanni Traverso, investigador involucrado en el estudio.
Para abordar esto, estos investigadores se centraron en desarrollar una cápsula simple que se pueda tragar y luego revelar su ubicación a medida que viaja por el tracto gastrointestinal. La tecnología logra esto haciendo referencia a una bobina electromagnética que permanece fuera del cuerpo. Este segundo dispositivo está previsto que se pegue a la piel del paciente, o quizás se integre en su ropa o en una mochila.
"Debido a que el gradiente del campo magnético codifica de forma única las posiciones espaciales, estos pequeños dispositivos pueden diseñarse de manera que puedan detectar el campo magnético en sus respectivas ubicaciones", dijo Saransh Sharma, otro investigador involucrado en el estudio. "Después de que el dispositivo mida el campo, podemos volver a calcular cuál es la ubicación del dispositivo".
Hasta ahora, en un gran estudio con animales en el que los investigadores utilizaron imágenes de rayos X para determinar la posición del sensor y luego lo compararon con las lecturas del propio sensor, el sistema calculó correctamente su ubicación en el intestino dentro de 5 a 10 milímetros.
Estudio en la revista Nature Electronics : Microdispositivos ingeribles con reconocimiento de ubicación para el monitoreo inalámbrico de la dinámica gastrointestinal
Vía: MIT