7 datos que debes de conocer sobre los rayos. Infografía |
Se trata de un paciente de 26 años que cuando realizaba una actividad recreativa en una barca es alcanzada por un rayo mientras sujetaba un arpón en la mano. Tras el impacto, el paciente presentó deterioro neurológico brusco con una puntuación en la escala de coma de Glasgow de tres puntos. Precisó intubación orotraqueal y conexión a ventilación mecánica. La auscultación cardíaca presenta tonos arrítmicos. En el electrocardiograma de ingreso presentó fibrilación auricular con una respuesta ventricular media de 120lpm. A las cuatro horas de ingreso el paciente recuperó el ritmo sinusal. En la exploración física se aprecian dos zonas de alopecia en el cuero cabelludo paralelas en la zona occipital derecha e izquierda (probable punto de entrada del rayo), así como lesión en la frente izquierda, alopecia de la ceja y pestaña del mismo lado y quemadura. de 2.° grado en el hombro y en el brazo izquierdo (probable punto de salida). El paciente presentaba hipotermia moderada con temperatura central de 32,8° C. Se realizó una tomografía axial computarizada craneal al ingreso hospitalario en la que se apreció una hemorragia intraparenquimatosa a nivel de la cápsula interna, cabeza de núcleo caudado, lenticular y cápsula externa izquierda. (Figura 1). Ante estos hallazgos y la exploración neurológica descrita previamente, se implantaron sensores intraparenquimatosos de presión intracraneal y presión tisular de oxígeno, cuyos valores fueron normales durante los cuatro días de la monitorización. A los 10 días de sufrir la fulguración se realizó una resonancia nuclear magnética craneal y medular en la que se observó monitoreo intraparenquimatoso a nivel de los ganglios basales izquierdos y el brazo posterior de la cápsula interna con probable área de contusión parietooccipital derecha que afectaba esencialmente al córtex. . No se observaron alteraciones de la señal a nivel de la médula espinal y de los cuerpos vertebrales. El paciente presentó mejoría neurológica de forma progresiva, pudiéndose avanzar en la desconexión de la ventilación mecánica y siendo extubado a los 17 días del impacto. El paciente fue dado de alta de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) consciente, tranquilo y colaborador. Obedecía órdenes complejas. Presentaba una paresia de alto grado derecha con buena respuesta al tratamiento rehabilitador. Movilizaba de forma coordinada las extremidades izquierdas. Presentaba afasia de expresión aunque ya emitía algunos sonidos. Toda la clínica era congruente con su lesión en los ganglios basales izquierdos. No presentaba trastornos del ritmo cardíaco al alta de la UCI. Al alta hospitalaria al centro de rehabilitación transcurridos 45 días, el paciente había recuperado la movilidad en ambas extremidades superiores e inferiores, emitía palabras completas e iniciaba el proceso de bipedestación y deambulación. Presentaba un cuadro marcado de labilidad emocional asociada.
Imagen de tomografía axial computarizada craneal que muestra hemorragia intraparenquimatosa en ganglios basales izquierdos.
Figura 1.
Imagen de tomografía axial computarizada craneal que muestra hemorragia intraparenquimatosa en ganglios basales izquierdos.
versión en línea ISSN 2448-4865versión impresa ISSN 0026-1742
Rev. Fac. Medicina. (Méx.) vol.60 no.2 Ciudad de México mar./abr. 2017
CASOS CLÍNICOS
Lesiones por fulguración aspectos clínicos y médicos legales. Presentación de dos casos simultáneos no mortales
Lesiones por fulguración: aspectos clínicos y legales. Presentación de dos casos simultáneos no mortales
Fabián Gilberto Meza Rojasa b*
Letzi Carolina Rodríguez Cázaresc
aResidente de Tercer año de la Especialidad en Medicina Legal. UNAM. Ciudad de México.
bDepartamento de Enseñanza Médica. Hospital General de Xoco. Secretaría de Salud. Ciudad de México.
cMédico Residente de primer año de la especialidad en Medicina Laboral. Centro Médico Nacional Siglo XXI. Instituto Mexicano del Seguro Social. Ciudad de México.
RESUMEN
Un relámpago o rayo está definido como una gran descarga de corriente eléctrica atmosférica, momentánea y transitoria cuya longitud de trayectoria se mide en kilómetros. Por otro lado, se denomina fulguración a los efectos biológicos gue se producen por acción de la electricidad atmosférica. Se presentan dos casos de mujeres que sufrieron simultáneamente los efectos de un rayo y sobrevivieron, y en quienes se apreciaron las figuras de Lichtenberg, son patognomónicas en la fulguración. Así mismo, se hace énfasis en las demás lesiones externas por fulguración, las cuales ayudan a la evaluación médico-legal.
Palabras clave: Fulguración; figuras de Lichtenberg; rayo; relámpago; lesiones por rayo
ABSTRACTO
El rayo se define como una descarga eléctrica en la atmósfera de carácter momentáneo y transitorio cuya longitud se mide en kilómetros. Por otro lado, la fulguración está relacionada con los efectos biológicos producidos por la electricidad atmosférica. En este informe se presentan dos casos simultáneos de caída de rayos. Los individuos sobrevivieron y se presentaron las figuras patognomónicas de Lichtenberg. Se pone especial énfasis en las lesiones externas por impacto de rayo para ayudar a la evaluación médico-legal.
Palabras clave: Caída de rayo; figuras de Lichtenberg; iluminación; lesiones por rayos
Foto: John Southern
INTRODUCCIÓN
Aristóteles, Sócrates y Plinio hicieron observaciones sobre los relámpagos. Heródoto, y más recientemente da Vinci, también describieron el fenómeno del rayo pero sin llegar a definirlo completamente. Quedó en manos de Benjamín Franklin, el "padre de la electricidad", establecer que los rayos estaban constituidos por electricidad. Realizó experimentos simples, pero elegantes, que ayudaron a definir algunas de las propiedades sobre la electricidad atmosférica y la industrial1.
Un relámpago o rayo se define como una gran descarga de corriente eléctrica atmosférica, momentánea y transitoria cuya longitud de trayectoria se mide en kilómetros2,3. Pollak menciona que el relámpago es un fenómeno natural de electricidad atmosférica basado en una repentina descarga ambiental de electricidad estática entre una nube y la tierra, lo que da como resultado una corriente continua de alto voltaje y de duración extremadamente corta4.
Por otro lado, se denomina fulguración a los efectos biológicos que se producen por la acción de la electricidad atmosférica. La palabra fulguración proviene del latín fulgor que significa luz o resplandor5, y es una de las causas más frecuentes de muerte por fenómenos naturales. Alrededor de un tercio de los casos de fulguración son mortales4, y los trastornos de la conducción cardíaca son la principal causa de fallecimiento6,7; Mientras tanto, el 70% de los sujetos que sobreviven presentan secuelas permanentes2.
Se estima que al día se presentan 44,000 tormentas eléctricas, que producen 8 millones de rayos en un lapso de 24 horas8, es decir, la tierra es golpeada aproximadamente por 100 rayos cada segundo5. Las muertes por fulguración se presentan en 0,2 a 0,8 personas por un millón de habitantes al año a nivel mundial8; asimismo, ocurrieron 374 muertes debido a fulguración entre 1995 y el 20009. Mientras tanto, en Estados Unidos las lesiones por fulguración afectan a un total de 800 a 1000 personas por año7.
Por otra parte, al recibir un rayo el cuerpo se paraliza totalmente y la persona es incapaz de hacer algo para defenderse3, su respuesta inicial es la parálisis de los centros vitales, lo que ocasiona apnea como resultado, fibrilación ventricular o paro cardíaco2, que a su vez son causa de muerte, que también puede ser provocada por los efectos mecánicos de la fulguración sobre el organismo7. No obstante, cuando los accidentes por fulguración no son mortales, aparecen algunas secuelas como parálisis, afasia, vértigo, alteraciones en la sensibilidad, catarata y ruptura de membrana timpánica4.
Se ha observado que los individuos que practican el pastoreo o la agricultura, así como las actividades deportivas de montaña son los más predispuestos a sufrir accidentes por fulguración2,7. Ashesh publicó el caso de una granjera de 55 años que se encontró trabajando la tierra una tarde de septiembre, y falleció al recibir un golpe directo por un rayo, en el reporte además se mencionaba que sus ropas estaban mojadas10.
Las personas que sufren daños por relámpago presentan de uno a 4 tipos de lesiones en la piel: lineales, puntiformes, ramificadas o quemaduras térmicas; en tanto que, si el relámpago se transmite internamente, se puede producir suficiente calor y vapor para hacer explotar órganos sólidos, ocasionar fracturas de huesos y zonas carbonizadas en los órganos3.
Asimismo, las quemaduras en forma emplumada o ramificada no son realmente quemaduras, ya que no dañan la piel y parecen ser causadas por los electrones que dibujan un patrón en la piel debido al rayo3. Estas lesiones en helécho o arboriformes son un signo patognomónico de la fulguración, cuyo patrón morfológico fue descrito en 1777 por el físico alemán George Christoph Lichtenberg, del cual han tomado su nombre; se describe como una marca roja, dendritica, ramificada, similar a un helécho, que se encuentra en la piel de algunas de las víctimas y que encontraremos en un tercio de los casos6.
PRESENTACIÓN DE CASOS
Caso 1
Mujer de 32 años quien ingresó al hospital debido a que 40 minutos antes había sido impactada por un rayo mientras se encontraba en un parque, bajo la lluvia, y después de escuchar el sonido de un teléfono celular, perdió momentáneamente la conciencia. A su a su ingreso presentaba obnubilación, amnesia retrógrada y náusea, además de los siguientes signos vitales: tensión arterial, 80/60 mmHg; frecuencia cardiaca, 96 latidos por minuto; frecuencia respiratoria, 23 respiraciones por minuto; saturación de oxígeno al aire ambiente, 95%. A la exploración se apreciaron lesiones hiperpigmentadas en forma de ramas (arborizaciones de Litchtenberg) en ambas rodillas y tercio proximal de ambas piernas (Figuras 1 y 2). En los estudios se realizó un electrocardiograma con ritmo sinusal e inversión de onda T de VI a V5 (Figuras 3), con elevación de enzimas en el perfil cardíaco (creatinincinasa total, 230 U/L; creatinincinasa fracción MB, 73 u/1; deshidrogenasa láctica, 120 UI/L), y gasométricamente con acidosis respiratoria (potencial de hidrógeno, 7,28; presión parcial de CO2, 44 mmHg; presión parcial de O2, 95 mmHg; lactato, 2,5 mmol/L; bicarbonato, 20 mmol/L ), por lo que se decidió su ingreso al servicio de terapia intensiva, donde se realizó tomografía axial computarizada, que mostró edema cerebral leve; se mantuvo con signos vitales estables, y egresó 8 días después.
Fotos: Cortesía de los autores
Figura 1 Figuras de Lichtenberg en rodillas y tercio proximal de ambas piernas.
Figura 2 Figuras de Lichtenberg en rodillas y tercio proximal de ambas piernas.
Figura 3 Reporte de electrocardiograma que muestra inversión de onda T de V1 a V5
Caso 2
Mujer de 34 años quien ingresó al hospital al mismo tiempo que el caso anterior, ya que se encontraban juntas en el parque haciendo caminata en un día lluvioso, y tras percibir el tono de llamada entrante en su teléfono celular, también perdió el conocimiento. . A su ingreso se encontró obnubilada, con una herida de 4 cm en la región occipital izquierda, equimosis y quemadura en cara lateral del muslo derecho en su tercio medio (Figura 4) así como con arborizaciones de Lichtenber en cara interna de al rodilla izquierda. (Figura 5)
Figura 4 Quemadura de muslo derecho localizada en su cara externa, tercio medio.
Figura 5 Figuras de Lichtenberg, en resolución en rodilla izquierda.
Resumen de la atención médica recibida
Ambos casos fueron tratados con reposición hídrica de urgencia a base de solución de Hartman con la fórmula de Parkland y con control de líquidos, inhibidor de bomba de protones, analgésico opioide y oxígeno suplementario, con buena evolución y con tendencia a la mejoría clínica. Durante su estancia recibieron interconsultas por parte de los servicios de Medicina Interna, así como de Cirugía Plástica y Reconstructiva, quienes conservaron el mismo manejo establecido por la Unidad de Terapia Intensiva.
DISCUSIÓN
Una descarga por relámpago contiene los siguientes componentes: corriente eléctrica de entre 10,000 a 110,000 amperios, temperaturas promedio de 8000 °С, aire con temperaturas elevadas, onda expansiva y campo electromagnético; el tiempo de contacto entre una descarga eléctrica por fulguración y la víctima es de 1/10000 a 1/1000 millonésimas de segundo10.
Por otra parte, un rayo puede dañar al humano mediante:
Golpe directo: la víctima recibe una descarga directamente en el cuerpo.
Flashazo por cercanía: el rayo "salta" del objeto cercano donde descargó hacia la víctima.
Lesión por contacto: cuando el sujeto está tocando un objeto por el que discurre la corriente del rayo.
Corriente por tierra: cuando el rayo hace contacto con la tierra, ésta transfiere la corriente a través de ella hacia la víctima.
Onda explosiva: debido a la alta energía que produce la descarga, el rayo puede ocasionar lesiones similares a una explosión. Aquí no hay contacto con electricidad3,8.
En los casos presentados es difícil establecer con certeza el tipo de contacto que se tuvo, ya que no contamos con datos descriptivos del sitio donde impactó el rayo, reduciendo las posibilidades a un flashazo por cercanía o, en su caso, a efectos de la onda. explosiva.
Entre las lesiones externas encontradas por efectos de un rayo, se encuentran:
Politraumatismos producidos por los efectos mecánteos del rayo, bien por su acción directa sobre el organismo, o al ser lanzada la víctima a cierta distancia.
Lesiones electromecánicas localizadas en los puntos de entrada y salida de la descarga en el organismo.
Quemaduras.
Arborizaciones de Lichtenberg, que constituyen un signo patognomónico de la fulguración.
Alteración en los pelos, ya las quemaduras рuеden ser tan intensas que volatilizan los pelos.
Metalizaciones, que tienen lugar por la penetración cutánea de finas partículas metálicas que contactan con la piel al fundirse por efecto del rayo como: brazaletes, anillos, dijes, etc.5
Entonces, las personas que sufren una fulguración no solo van a presentar quemaduras, además es posible encontrar una gama amplia de lesiones externas. Así, en los casos reportados se presentaron diversos tipos de lesiones propias del evento, tales como la herida en la región occipital, la quemadura del muslo y las arborizaciones de Lichtenberg; de aquí la importancia de realizar una exploración física completa para evaluar integralmente al paciente.
Las lesiones internas que se presentan en los accidentes por fulguración se han asociado con la liberación masiva de catecolaminas por un mecanismo desconocido, que se manifiesta por hipertensión, taquicardia, cambios electrocardiográficos no específicos y necrosis miocárdica con bandas de contracción.
Estas alteraciones se pueden dividir en: inmediatas y transitorias, que incluyen disminución de la conciencia, confusión, amnesia, cefalea, parestesias y debilidad; inmediatas y prolongadas/permanentes, neuropatía isquémica hipóxica, hemorragia intracraneal, infarto cerebral y síndromes cerebelosos; síndromes neurológicos retardados, enfermedades de la motoneurona y alteraciones de movimiento; traumatismos o blastos, que incluyen hemorragia subaracnoidea, hematomas epidurales y subdurales. También se han descrito fracturas y lesiones medulares cervicales5.
En el primer caso se observan alteraciones a nivel cardíaco, evidenciadas en el electrocardiograma, así como edema cerebral, demostrado en la tomografía. A pesar de que existen más complicaciones, producto de este tipo de eventos, no se documentó la presencia de algunas de ellas en otros sistemas o aparatos en ninguno de los pacientes. No obstante, el abordaje debe enfocarse a buscar intencionadamente la presencia de alteraciones en uno o varios órganos que puedan estar involucrados, y no sólo centrar la atención en el aspecto de las quemaduras.
En las ciudades, la gente se encuentra más protegida de los rayos debido a los edificios altos ya los postes de teléfono, en comparación con quienes habitan en zonas rurales8, y los lugares más seguros para protegerse de los rayos son cerca de edificios, dentro de automóviles o cuevas2,3. En contraste, el protegerse cerca de postes y árboles durante una tormenta no ayuda a evitar los rayos3. Asimismo, la época en la que se presentan más accidentes por rayos es en verano y otoño, entre los meses de mayo y septiembre, más frecuentemente por la tarde-noche8. En definitiva, desconocemos si las personas de los casos citados buscaron refugio debajo de los árboles; pero recordamos que se encontraron en un parque y bajo la lluvia, sin embargo, vemos que estar cerca de ellos no es un factor protector.
A saber, los cambios morfológicos más conocí-dos en las víctimas de lesión por fulguración son las figuras de Lichtenberg, que son unos patrones rojizos en forma de helécho, resultado de una hiperemia transitoria (no ocasionada por extravasación), la cual desaparece en las siguientes horas. Histológicamente, consisten en pequeños vasos dilatados, con la piel intacta, y en ocasiones se combinan con elongación y empalizado de las células basales epidérmicas4,10.
En ninguna bibliografía se menciona el tiempo en que desaparecen dichas figuras, en tanto que en los casos presentados, estas lesiones desaparecieron dentro de las 4 horas siguientes a su llegada. Por lo que se considera importante realizar su búsqueda intencionada en este tipo de pacientes a su llegada al servicio de urgencias, ya que el localizarlas orientará al médico clínico en la etiología del caso, y por ende en su manejo ulterior.
En cuanto al manejo médico, Murty menciona que una descarga eléctrica por rayo debe ser tratada como una lesión por contusión y no como una quemadura térmica, debido a que la gran cantidad de tejido dañado se encuentra debajo de la piel aparentemente intacta2. Sin embargo, en nuestro medio este tipo de pacientes recibe un manejo como el de las quemaduras, por lo que se le da mayor énfasis a la reposición hídrica, que si bien es importante, se deben orientar las medidas terapéuticas hacia las demás patologías o alteraciones. que las víctimas podrían presentar.
Finalmente, el abordaje médico legal de las personas que sufrieron un alcance por rayo puede dirigirse en dos sentidos: el primero es la descripción correcta y completa de todas las lesiones que suceden en este tipo de pacientes, que como se mencionó anteriormente pueden presentarse desde heridas. por contusión hasta quemaduras, además de no olvidar su mención en el expediente clínico, pues son de gran utilidad para establecer, en segundo lugar, la etiología accidental, puesto que si se observan en personas que se encuentran inconscientes en la vía pública y con ausencia. de quemaduras sobresaltentes, puede sugerir fuertemente que se trata de una fulguración. En cambio, su ausencia en una situación similar, orientaría a un diagnóstico diferencial entre una patología cardíaca, alguna intoxicación o trauma severo.
CONCLUSIONES
La posibilidad de sufrir lesiones, o incluso morir a causa de fulguración son extremadamente remotas. Sin embargo, cuando se combinan factores predisponentes como estar en un lugar bajo la lluvia o con árboles, éstas aumentan. Incluso, es menos probable que dos personas sufran este tipo de accidentes al mismo tiempo. En la literatura médica no se encontraron casos similares (y mucho menos que hayan sobrevivido).
Se debe conocer y tomar en cuenta la presencia de lesiones externas ocasionadas por fulguración, así como las distintas formas en que un rayo puede hacer contacto con el ser humano para que, de esta manera, sea posible orientar y dirigir la vigilancia y el manejo terapéutico. que se debe llevar a cabo en este tipo de pacientes.
A pesar de que las figuras de Lichtenberg se reportan solo en un 30% de los accidentes por fulguración, su presencia es patognomónica, y se presenta en los dos casos citados. Desde el punto de vista médico legal, la presencia de esta lesión solo puede traducirse como un accidente de tipo atmosférico, sin embargo, en caso de presentarse un accidente de este tipo, se debe orientar en su etiología y en su manejo adecuado.
A pesar de que ambos pacientes fueron dadas de alta sin aparentes complicaciones, a la fecha se desconoce la evolución y seguimiento de las mismas, con lo que se hubiera podido dar un panorama más amplio acerca de su estado actual.
AGRADECIMIENTOS
Al Área Jurídica del Hospital General Xoco, en especial a la jefa de ésta, la licenciada Gloria Enriqueta Bejarano Sánchez.
REFERENCIAS
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10. Murty OP: Muerte por rayo con efectos de explosión, llama, calor y corriente: una visión macroscópica y microscópica. J Forens Pierna Med. 2009;16:162-7. [ Enlaces ]
Recibido: 01 de Abril de 2016; Aprobado: 28 de julio de 2016
*Correspondencia: Fabián Gilberto Meza Rojas. Correo electrónico: sayaman6@hotmail.com
Licencia Creative Commons Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons
Lesiones por fulguración aspectos clínicos y médicos legales. Presentación de dos casos simultáneos no mortales
Se han documentado pocos casos de hemorragia intraparenquimatosa por fulguración y en la gran mayoría se localiza el sangrado en los ganglios basales izquierdos2. El mecanismo por el cual se produce la hemorragia intraparenquimatosa por rayo y su preferencia por los ganglios basales se desconoce. Existen distintas hipótesis al respecto. El efecto directo de la corriente a su paso por el sistema nervioso, la hipertensión arterial aguda (ocasionada como consecuencia de la vasoconstricción periférica intensa) o el traumatismo craneoencefálico (por onda expansiva) son algunas de ellas3. El sistema vascular es uno de los sistemas que menor resistencia se opone y por el cual se desplaza con mayor facilidad la corriente. Esto ocasiona efectos electrostáticos, electrolíticos y térmicos que favorecen la rotura de la pared arterial. El motivo por el que se producen las hemorragias de los ganglios basales puede estar relacionado con las características específicas de la vascularización de esta zona, por lo que las laceraciones de estos vasos permitirían la formación del hematoma en dicha zona3–5, tal como ocurrió en nuestro paciente.
Se ha documentado que el 70% de los supervivientes tras una lesión cerebral por fulguración presentan secuelas neurológicas como hemiparesia, alteraciones auditivas por rotura de la membrana timpánica, cataratas y, además, problemas psiquiátricos como depresión, estrés postraumático, fatiga, irritabilidad, dificultad para Concentración o amnesia6. En el caso de nuestro paciente no se objetivaron problemas de audición ni de visión. La hemiparesia presentaba una buena evolución con el tratamiento rehabilitador al igual que la afasia de expresión y persistía una marcada labilidad emocional.
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Copyright © 2012. Elsevier España, SL y SEMICYUC
Vídeo https://www.facebook.com/watch/?v=403563097942810
Evaluación prehospitalaria de heridas por electricidad y golpes de rayos.
http://emssolutionsint.blogspot.com/2020/12/desinfeccion-del-agua-h2o-con-os-rayos.html
#Rayos #ParadaCardiaca #DrRamonReyesMD #FibrilacionVentriculas
Por Daniel P. Runde, MD, MME, Hospitales y clínicas de la Universidad de Iowa
Revisado médicamente mar. 2022
Las lesiones por rayos provocan paro cardíaco, pérdida de conciencia y déficits neurológicos temporales o permanentes; las quemaduras graves y las lesiones de tejidos internos son poco frecuentes. El diagnóstico es clínico; Para la evaluación se requiere un ECG y monitorización cardíaca. El tratamiento es sintomático.
Aunque las lesiones y muertes debido a la caída de rayos han disminuido significativamente en los últimos 50 años, la caída de rayos siguen causando unos 30 muertos y varios cientos de heridos cada año en los Estados Unidos. Los rayos tienden a caer en objetos altos o asilados, incluidos árboles, torres, refugios, asta banderas, tribunas o graderías, y cercos. En campo abierto, una persona puede ser el objeto más alto. Los objetos de metal y el agua no atraen los rayos pero transmiten rápidamente la electricidad cuando son alcanzadas. Los rayos pueden caer directamente sobre una persona, o la corriente se transferirá a la persona a través de la tierra o de un objeto cercano. Se ha observado que los rayos caen a 16 kilómetros (10 millas) o más de distancia de una tormenta, incluso en áreas con cielo despejado, lo que crea un riesgo inesperado (1). Los rayos también pueden viajar por las líneas eléctricas o las fuentes eléctricas hacia los equipos eléctricos en el interior de las casas o por las líneas telefónicas. La fuerza del impacto de un rayo puede arrojar a la víctima a varios metros de distancia.
Como la física de las lesiones por rayos es diferente de las generadas por energía eléctrica, el conocimiento de los efectos de la exposición a la corriente doméstica o de alto voltaje no puede extrapolarse a las lesiones por rayos. Por ejemplo, el daño de las lesiones por rayo no está determinado por el voltaje ni por el amperaje. Aunque la corriente de un rayo tiene una gran cantidad de energía, fluye por un período extremadamente breve (de 1/10.000 a 1/1.000 s). Por lo tanto, rara vez, si es que alguna, provoca heridas cutáneas graves, y en pocas ocasiones causa rabdomiólisis o un daño tisular interno grave, a diferencia de las lesiones eléctricas de alto voltaje y de alta corriente que proceden de fuentes artificiales. Los pacientes pueden presentar una hemorragia intracraneana resultado de una lesión secundaria o, rara vez, por el rayo en sí.
Los rayos son un fenómeno natural que nos ha acompañado, fascinado y aterrado desde que estamos en el planeta.
Aún no los podemos explicar del todo, pero sabemos -o creemos que sabemos- un poco sobre ellos.
Los rayos son electricidad con una potencia de hasta 30 millones de voltios y una temperatura de hasta 30.000ºC, cinco veces más caliente que la superficie del Sol.
Viajan a una velocidad de hasta 115.000.000 kilómetros por hora y caen en la Tierra más de 17 millones de veces al día, o unas 200 veces por segundo.
En Estados Unidos alcanzan a 400 personas al año.
Los seres humanos son alcanzados por rayos diez veces más a menudo de lo que debería ser según las leyes del azar.
Y es seis veces más probable que a los hombres les caiga un rayo que a las mujeres.
Los rayos... ¿caen?
Uno de los mitos es que los rayos siempre caen en la parte más alta de los edificios.
Pero resulta que no es cierto.
Esto se debe a que los rayos no siempre caen: a veces salen del suelo y van hacia el cielo.
Hay rayos de nube a tierra, de nube a nube y, como éste, de tierra a cielo.
Esos rayos son conocidos como ascendentes y aunque fueron documentados científicamente desde hace mucho, los avances en fotografía han permitido que en los últimos años se estén pudiendo estudiar mejor, aunque siguen guardando secretos.
90% de los rayos que alcanzan el edificio Empire State en Nueva York, por ejemplo, son ascendentes.
Un fenómeno misterioso
Realmente, no entendemos del todo el fenómeno de los rayos.
Sabemos que se producen cuando se acumula electricidad estática en las nubes, pero desconocemos cuál es la causa para que esto ocurra.
Las mediciones de ese campo eléctrico hechas desde aviones y globos parecen mostrar que es demasiado pequeño para iniciar un rayo: 10 veces menor de lo que los modelos teóricos señalan que debería ser.
Campanas en medio de la tormenta
Hasta finales del siglo XVII, en Europa se creía que el repique de las campanas dispersaba los rayos.
Por ello muchas campanas de iglesia llevaban la inscripción fulgura frango o "rompo rayos".
"Vivos voco, mortous plango, fulgura frango", decían las campanas: Llamo a los vivos, lloro a los muertos y rompo rayos.
Cuando venía una tormenta, los campanólogos se dirigieron hacia el campanario más cercano, que solía estar en el lugar más alto del pueblo.
Hoy en día, se considera que por ello era el peor sitio donde estar.
Y lo era: sólo en Francia, entre 1753 y 1786 (cuando la costumbre fue prohibida) 103 campanólogos murieron pues les cayó un rayo.
"Un buen poeta es alguien que, al pasar la vida enteraexpuesta a las tormentas, logra que lo fulminen cuatro o cinco rayos", Randall Jarrell (1914-1965)
Volveremos con QI el próximo fin de semana. Entre tanto, puedes visitar qi.com. La editorial Faber publica aplicaciones y libros de QI en inglés y la editorial Paidós, en español ("El pequeño gran libro de la ignorancia").
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El rayo puede afectar al corazón, pero afecta principalmente el sistema nervioso central (dañando el cerebro), el sistema nervioso autónomo y los nervios periféricos.
Perlas y errores
A diferencia de la lesión por alta tensión y corriente eléctrica alta de fuentes generadas, un rayo rara vez, o nunca, provoca heridas en la piel grave y rara vez provoca rabdomiolisis o daños graves del tejido interno.
Referencia general
1. Davis C, Engeln A, Johnson EL: Pautas de práctica de Wilderness Medical Society para la prevención y el tratamiento de lesiones por rayos: Actualización de 2014 Wilderness Environ Med 25(4 Suppl):S86-S95, 2014. doi: 10.1016/j.wem. 2014.08.011
Signos y síntomas de las lesiones por electricidad y rayos.
La carga eléctrica puede causar asistolia u otras arritmias o provocar síntomas de disfunción cerebral como pérdida de la conciencia, confusión aguda o amnesia.
La ceraunoparálisis (del griego keraunós, rayo) es la parálisis con frialdad al tacto, y ausencia de pulsos en los miembros inferiores ya veces los superiores, más defectos motores y sensitivos; la causa es probablemente una lesión en el sistema nervioso simpático. La ceraunoparálisis es común y por lo general se resuelve tras varias horas, aunque a veces puede dejar un cierto grado de paresia permanente. Otras manifestaciones de la lesión por rayos incluyen
Quemaduras menores de la piel en un patrón puntiforme o en plumas ramificadas
Perforación de la membrana timpánica
Cataratas (en días)
Los problemas neurológicos pueden incluir confusión, defectos cognitivos y neuropatía periférica. Pueden aparecer problemas neuropsicológicos (p. ej., trastornos del sueño o ansiedad).
El paro cardiopulmonar en el momento de la descarga es la causa de muerte más frecuente (véase Paro cardíaco y Generalidades sobre el paro respiratorio). Las secuelas a largo plazo más frecuentes son los déficits cognitivos, los síndromes dolorosos y el daño del sistema nervioso simpático (p. ej., disfunción eréctil [ 1]).
Referencia de los signos y los síntomas
1. Kim HJ, Choi SH, Shin TS, et al: Disfunción eréctil en pacientes con lesión eléctrica. Urología 70(6):1200-1203, 2007. doi: 10.1016/j.urology.2007.06.1125
Diagnóstico de las lesiones por electricidad y rayos.
Reconocimiento de complicaciones cardíacas y cerebrales
Las lesiones por rayos pueden tener o no testigos. Las lesiones sin testigo se sospechan cuando una persona que se encuentra fuera durante o después de una tormenta tiene amnesia o se la encuentra inconsciente. Todos los pacientes afectados por un rayo deben ser evaluados por lesiones traumáticas.
Si la lesión es grave, se puede realizar un ECG. Se miden las enzimas cardíacas para los pacientes que presentan lo siguiente:
dolor torácico
ECG anormal
Cambios en el estado mental
Los pacientes con un estado mental inicialmente anormal o con deterioro progresivo o con defectos neurológicos focales compatibles con una lesión cerebral requieren una TC o RM de cráneo.
Tratamiento de las lesiones por rayos
Tratamiento de sostén
En caso de paro cardíaco o respiratorio se inicia la RCP (reanimación cardiopulmonar). Si se encuentra disponible un desfibrilador automático externo, debe usarse para el paro cardíaco. A diferencia de los pacientes con paro cardíaco debido a otros tipos de trauma, los que experimentan un paro cardíaco después de un rayo suelen tener un pronóstico excelente si son reanimados. Por lo tanto, a diferencia de un típico evento de víctimas en masa, en los que se dan baja prioridad triage a los pacientes con paro cardíaco, a este tipo de pacientes se les da alta prioridad cuando Múltiples víctimas son impactadas por rayos.
Se proporciona un tratamiento sintomático. Los líquidos se restringen para disminuir la posibilidad de un edema cerebral. La mayoría de los pacientes lesionados por un rayo pueden ser dados de alta, a menos que se sospechen efectos cardíacos o lesiones cerebrales.
Prevención de las lesiones por rayos
La mayoría de las lesiones por rayos pueden prevenirse si se siguen las normas de seguridad pertinentes. Las personas deben conocer los pronósticos meteorológicos y disponer de planos de evacuación que contemplen la evacuación a una zona segura (idealmente un edificio habitable, grande). Deben prestar atención al pronóstico meteorológico mientras están fuera de casa para poder implementar un plan de escape si aparece una tormenta inesperada. En el momento en que se escucha un trueno la persona ya se encuentra en peligro y debe buscar refugio (p. ej., edificios o vehículos cerrados). Las pequeñas estructuras abiertas, como miradores, no son seguras. No se debe salir de la casa sino hasta 30 min después del último rayo o escuchar el último trueno.
Las personas que permanezcan bajo el techo durante una tormenta eléctrica deben evitar las cañerías y los aparatos eléctricos, mantenerse alejadas de las ventanas y las puertas, y no utilizar teléfonos con cable, consolas de videojuegos, ordenadores o auriculares conectados a través de un cable a un sistema de sonido. Los teléfonos celulares, y otros dispositivos digitales de mano y computadoras portátiles son seguros cuando se utilizan una batería porque no atraen los rayos.
conceptos clave
Las lesiones por rayos tienden a provocar arritmias y disfunción cerebral, a diferencia de las lesiones eléctricas de fuentes, que tienden a causar quemaduras en la piel y la lesión del tejido interno.
Se sospecha de lesiones por rayos si los pacientes se encuentran inconscientes o amnésicos después de una tormenta.
Al evaluar los pacientes, considere las lesiones traumáticas, arritmias y daño cerebral y cardíaco.
Tratamiento sintomático de los pacientes.
La mayoría de las lesiones por rayos pueden prevenirse si se siguen las normas de seguridad pertinentes.
Un rayo puede producir muchas lesiones de distinta gravedad según la localización, pero hay que recordar que se trata de una patología muy poco frecuente, sobre todo en Europa.
La lesión por rayo, como lo llamamos en medicina, es una descarga de una corriente eléctrica atmosférica en el contexto de una tormenta. Sus características son su rapidez, puesto que solo dura unos milisegundos, su potencia, de hasta 10 millones de voltios, y una temperatura muy alta, hasta 8.000 °C. Y estas características explican lo que encontramos en las personas a las que les alcanza. Lo primero que tengo que decirte es que puede producir muchas lesiones de gravedad distintas según la localización. Aunque también hay que aclarar que es una patología muy poco frecuente. Llevo más de 15 años en la UCI y solo lo he visto una vez. Es verdad que en algunos lugares la incidencia es superior, como, por ejemplo, en Estados Unidos, donde se producen unos 1.000 casos cada año (sobre todo en Florida), y también hay muchos casos en la India. Pero en Europa es muy poco frecuente, unas 10 o 15 personas cada año.
En cuanto a las lesiones que se producen, lo primero es el impacto. La enorme potencia puede causar un traumatismo brutal. Este traumatismo puede producirse de dos formas: el rayo puede caer directamente sobre la persona o también puede caer en el suelo cerca de ella, y, en este caso, como el rayo entra por los pies, las lesiones se producen de abajo hacia arriba. Ese intenso golpe, venga por donde venga, lo primero que puede causar es un politraumatismo y podríamos encontrar fracturas en cualquiera de los huesos del cuerpo. Además, se producen también quemaduras. Aunque podríamos pensar que lo lógico es que encontramos quemaduras profundas y muy graves, lo cierto es que no es así porque, aunque la temperatura es muy alta, el contacto del rayo con el cuerpo es tan breve que no da tiempo a que se produzcan quemaduras. profundas (que solo vemos en un 5% de los pacientes). Lo habitual es que, si hay quemaduras, sean superficiales. Y esas quemaduras se producen justo en el sitio donde ha caído el rayo.
Otras de las lesiones habituales se producen por las metalizaciones. Si la persona alcanzada lleva cualquier objeto metálico como pendientes, anillos, pulseras, etc., el rayo hace que se incruste en la piel. Y, por último, la parte más importante son las lesiones en los órganos. Entre un 25 y un 30% de las personas a las que les cae un rayo mueren en el momento porque se les para el corazón. Es interesante saber que, por ejemplo, en un triaje tras un accidente de avión, a las personas en parada cardíaca no se les practica reanimación cardiopulmonar porque sabes que no van a salir adelante (la parada se debe a graves lesiones internas traumáticas), pero , con una persona a la que le ha caído un rayo, es al revés. Cuando te encuentras una parada cardíaca por un rayo hay que reanimar y, además, durante más tiempo del habitual, que es en torno a 30 o 40 minutos. Lo que se ha visto es que estas personas tienen más probabilidad de salir adelante, porque, en realidad, la parada cardíaca no se ha debido a un fallo estructural del corazón, sino a la corriente eléctrica que lo ha parado.
La caída de un rayo también puede afectar al cerebro. Los pacientes a los que les ha pasado muchas veces llegan en coma y con alteraciones de la memoria que pueden permanecer durante muchos días. También se producen con frecuencia parálisis, pero son temporales porque tampoco se deben a fallos estructurales, sino al espasmo enorme de los músculos de las extremidades cuando el rayo alcanza al cuerpo. Ese espasmo muscular libera, además, ciertas sustancias que pueden acumularse en los riñones, por lo que también es frecuente ver en estos pacientes insuficiencia renal que se presenta a medio o largo plazo.
Y, por último, no debemos olvidar la afectación en los órganos de los sentidos. Es muy frecuente la rotura de los tímpanos, que sufre hasta un 80% de las personas a las que les ha caído un rayo. Y, a nivel oftálmico, hay que advertir a estos pacientes que tienen mucho riesgo de sufrir cataratas en sus ojos, aunque no en el momento del rayo, sino meses o incluso años después.
Begoña Zalba Etayo es jefa de la Unidad Polivalente de la UCI del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
Pregunta enviada vía email por Paula García
https://elpais.com/ciencia/las-cientificas-responden/2022-02-10/que-le-pasa-a-un-cuerpo-humano-si-le-cae-un-rayo.html
Por Daniel P. Runde, MD, MME, Hospitales y clínicas de la Universidad de Iowa
Modificación/revisión completa
La lesión por rayo se produce por una exposición breve a una corriente eléctrica de gran intensidad de descarga.
Alrededor del 10% de las personas que son alcanzadas por un rayo mueren porque el corazón deja de latir y la respiración se detiene.
En algunas personas que sobreviven a lesiones graves por rayo, se hace un electrocardiograma para comprobar el latido del corazón, y es necesario realizar análisis de sangre o pruebas de diagnóstico por la imagen.
Una vez reanimada la persona, se tratan las quemaduras y otras lesiones.
El rayo descarga un pulso electromagnético masivo en una fracción de milisegundos. La corriente eléctrica que pasa a través del cuerpo genera calor, quema y destruye los tejidos. Las quemaduras pueden afectar a la piel y, a veces, a los tejidos internos. La duración breve de la exposición, con frecuencia limita la lesión a la capa exterior de la piel. Además, un rayo tiene muchas menos probabilidades de causar quemaduras internas que las lesiones eléctricas provocadas por la electricidad generada. Sin embargo, puede matar a una persona al producir un cortocircuito instantáneo en el corazón. Un rayo también puede dañar el sistema nervioso, incluyendo el cerebro, provocando convulsiones, pérdida del conocimiento u otras anomalías.
El rayo es la segunda causa más frecuente de muerte relacionada con la tormenta en Estados Unidos; causa alrededor de 30 muertes y varios centenares de lesiones cada año. Algunas lesiones resultan en discapacidad permanente.
El rayo suele chocar con objetos elevados o aislados, como árboles, torres, refugios, astas de bandera, grados de instalaciones deportivas y vallas. En un campo abierto, una persona puede ser el objeto más elevado. Los objetos metálicos y el agua no atraen la electricidad pero la transmiten fácilmente cuando les cae una descarga. La electricidad procedente del rayo puede viajar desde las líneas eléctricas o telefónicas del exterior hacia el equipo eléctrico o las líneas de teléfono del interior de una vivienda.
Un rayo puede lesionar a una persona de varias maneras:
Es posible que el rayo hiera a la persona directamente.
La descarga eléctrica procedente de un rayo puede afectar a una persona que está tocando el objeto que ha sido alcanzado por el rayo o que se encuentra muy cerca del lugar de la descarga.
La corriente eléctrica también puede alcanzar a una persona a través del suelo.
A causa de la descarga, la persona puede caerse y sufrir contusiones.
Síntomas de las lesiones causadas por electricidad y rayos.
Cuando una persona es alcanzada por un rayo, el corazón puede dejar de latir (parada cardíaca) o latir de manera irregular. Cuando el corazón se detiene o tarda de forma irregular, la respiración a menudo se interrumpe. El corazón puede volver a latir de nuevo por sí mismo, pero si no se ha reiniciado la respiración el organismo queda privado de oxígeno. La falta de oxígeno y, posiblemente, las lesiones del sistema nervioso pueden hacer que el corazón deje nuevamente de latir.
Una lesión cerebral habitualmente causa una pérdida del conocimiento. Si el daño cerebral es grave, puede producirse el coma. Es habitual que, al despertar, la persona no recuerde lo sucedido antes de la lesión (amnesia). La persona puede estar confusa, razonar lentamente y tener dificultad para concentrarse y recordar los eventos recientes. Pueden producirse cambios de personalidad, que pueden ser permanentes.
Es frecuente la perforación de los tímpanos. Pueden sobrevenir muchas lesiones oculares, como cataratas. A menudo, ambas piernas quedan temporalmente paralizadas, azuladas y entumecidas (keraunoparálisis). La piel puede no presentar ninguna marca o tener quemaduras leves con un patrón ramificado como en forma de pluma, formando grupos de manchas puntiformes minúsculas como quemaduras de cigarrillo, o en estrías causadas por el sudor convertido en vapor. Puede aparecer entumecimiento, hormigueo y debilidad debido a la lesión producida en los nervios que salen de la médula espinal (neuropatía periférica).
Diagnóstico de lesiones causadas por electricidad y rayos.
electrocardiografía
Frecuentemente, los accidentes por caída de rayos tienen testigos presenciales, pero también pueden deducirse cuando se encuentra a la persona en el exterior, inconsciente o con amnesia, durante una tormenta o poco después de ella.
En el hospital, se puede realizar una electrocardiografía (ECG) si la lesión es grave (por ejemplo, si la persona ha sufrido un colapso y pudo haber tenido un paro cardíaco temporal). El ECG, cuando se hace, determina si el corazón está latiendo de manera normal. A veces es necesario realizar un análisis de sangre o pruebas de diagnóstico por la imagen, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RMN).
Prevención de las lesiones causadas por electricidad y rayos
Durante la época de tormentas, la predicción meteorológica contribuye a tomar la decisión de cancelar las actividades al aire libre y planificar cualquier emergencia que pueda aparecer, lo cual es especialmente importante para los organizadores de eventos que tienen lugar al aire libre.
Vientos fuertes, lluvia y nubes pueden significar tormenta inminente. En el momento en el que se oye un trueno, ya se está en peligro, y se debe buscar un refugio seguro, como un edificio grande habitable o un vehículo de metal completamente cerrado (por ejemplo, un automóvil, una camioneta o un camión) con las ventanas cerradas. Refugiarse en una pequeña estructura abierta, como un mirador, no es seguro. Tampoco lo es reanudar las actividades al aire libre antes de cumplirse los 30 minutos después de haber oído el último trueno o de haber visto el último relámpago.
Para prevenir lesiones por rayo en un interior, se debe evitar el contacto con las cañerías o el cableado eléctrico o utilizar cualquier dispositivo conectado directamente a la electricidad, incluyendo un teléfono, una computadora o una consola de videojuegos, o utilizar auriculares unidos por cable a un sistema de sonido. Estar lejos de puertas y ventanas aumenta la seguridad, al igual que apagar y desenchufar los aparatos eléctricos antes de que llegue la tormenta. Los teléfonos móviles, las tablets y los ordenadores portátiles, así como los reproductores de música son seguros cuando se utilizan únicamente con batería, porque no atraen a los rayos.
Pronóstico de las lesiones causadas por electricidad y rayos
Alrededor del 10% de las personas con lesiones por rayo fallecen. La única causa de la muerte es el paro cardíaco y el cese de la respiración en el momento de la lesión. Las personas que recuperan los latidos cardíacos y la respiración, sobreviven. Si se ve afectada la memoria de hechos recientes o el razonamiento es lento, la persona puede tener una lesión cerebral permanente. La keraunoparálisis por lo general se resuelve en pocas horas, aunque en ocasiones la persona puede tener debilidad o torpeza permanentes. Las personas con lesiones neurológicas a menudo presentan problemas a largo plazo, como son dolor crónico, dificultades para dormir y disfunción eréctil.
Tratamiento de las lesiones causadas por electricidad y rayos.
Reanimación cardiopulmonar si es necesaria
Una persona alcanzada por un rayo no retiene la electricidad, por lo que prestarle primeros auxilios no supone ningún peligro. Las personas sin latido cardíaco y que no respiran necesitan reanimación cardiopulmonar de inmediata, incluyendo tanto las compresiones torácicas como la respiración artificial. Si se dispone de un desfibrilador externo automático, debe utilizarse (ver la figura Desfibrilador externo automático: poner en marcha el corazón). Una persona que recupera el pulso pero no respira necesita respiración artificial continua porque los músculos respiratorios pueden permanecer paralizados después de que el corazón vuelva a latir. Hay que avisar a la asistencia médica de emergencia. Muchas de las personas alcanzadas por un rayo tienen buena salud en general, y es más probable que se recuperen si se realiza una reanimación cardiorrespiratoria a tiempo.
Las quemaduras y otras lesiones se tratan según sea necesario. Si los intentos de reanimación no tienen éxito en los primeros 20 minutos, es poco probable que lo acaben teniendo, por lo que se deben detener los esfuerzos de reanimación.
Más información
El siguiente es un recurso en inglés que puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades Naturales; Desastres y condiciones climáticas adversas. Lightning: Lightning Safety Tips (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades; desastres naturales y mal tiempo. Rayos: consejos de seguridad contra los rayos): En este sitio web se enumeran grupos de consejos de seguridad contra los rayos haciendo hincapié en lo que se debe y no se debe hacer en el caso de interiores y de exteriores.
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Lesiones por rayos 7 datos que debes de conocers sobre los rayos. Infografía
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Evaluación prehospitalaria de heridas por electricidad y golpes de rayos. ELECTROCUCIÓN. DAÑOS Y LESIONES CAUSADAS POR PISTOLAS ELÉCTRICAS "TASER". por @drramonreyesmd
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Esto es lo que le pasa a un avión si le cae un rayo by ensedeciencia.com
publicado por el Dr. Ramon Reyes, MD ∞🧩 https://emssolutionsint.blogspot.com/2023/08/esto-es-lo-que-le-pasa-un-avion-si-le.html #DrRamonReyesMD #TACMEDEspaña # rayos #aviones
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