Investigadores de la Universidad de Nueva York han desarrollado un nuevo método para atacar muchos virus que causan enfermedades. Para los virus con membrana lipídica, que incluyen muchos que comúnmente causan enfermedades, esta nueva técnica podría resultar fatal. Al apuntar a la membrana lipídica, el enfoque puede eludir la resistencia al tratamiento que surge cuando los virus mutan para alterar sus proteínas de superficie, que son los objetivos más comunes de los medicamentos antivirales convencionales. Este nuevo enfoque se basa en una versión sintética de péptidos antimicrobianos, que nuestro sistema inmunológico produce naturalmente y pueden atacar patógenos como bacterias y virus. Estos investigadores han desarrollado una versión sintética más estable a la que llaman "peptoides" que puede unirse de manera más efectiva a los lípidos de la envoltura viral, alterando la membrana viral y destruyendo la partícula viral.
Si bien puede parecer morboso plantearlo como tal, el tiempo corre hasta la próxima pandemia viral. En la calma que precede a la próxima tormenta, desarrollar nuevos tratamientos antivirales es crucial para estar mejor preparados. Sin embargo, los virus son un adversario digno, ya que mutan rápidamente sus proteínas de superficie, de modo que los objetivos de los fármacos que están presentes ahora probablemente cambien relativamente pronto. Esta ha sido una limitación clave de muchas estrategias antivirales que se dirigen a estas proteínas de superficie. Por ejemplo, podemos ver qué tan rápido mutó el SARS-CoV-2 para crear nuevas variantes con diferentes propiedades y diferentes niveles de susceptibilidad a la inmunidad mediada por vacunas.
Sin embargo, un componente de los virus ni siquiera se origina en el propio genoma viral, sino directamente en nuestras propias células. Esta es la membrana viral, que muchos virus 'roban' de nuestras propias células mientras obligan a nuestra maquinaria celular a crear nuevas partículas virales. Si bien ese robo es deplorable, hace que el virus sea vulnerable a tratamientos dirigidos a la membrana y no le permite desarrollar una estrategia de resistencia eficaz, ya que no genera las membranas por sí mismo.
Esta última tecnología se dirige a la membrana viral y utiliza péptidos antimicrobianos producidos naturalmente por nuestro propio sistema inmunológico como inspiración. Estos péptidos pueden atacar eficazmente a los virus, pero son relativamente inestables y podrían causar efectos secundarios si se administran en grandes dosis. En cambio, estos investigadores diseñaron una versión sintética llamada "peptoides", que son más estables y más específicas para las membranas virales.
Hasta ahora, los peptoides han demostrado eficacia para atacar virus como el Zika, la fiebre del Valle del Rift y el chikungunya. Además, los péptidos no deberían apuntar a nuestras propias células, ya que la membrana viral es un poco diferente en su composición a la nuestra. "Debido a que la fosfatidilserina se encuentra en el exterior de los virus, puede ser un objetivo específico para que los peptoides reconozcan los virus, pero no reconozcan (y por lo tanto protejan) nuestras propias células", dijo Patrick Tate, un investigador involucrado en el estudio. "Además, debido a que los virus adquieren lípidos del huésped en lugar de codificarlos a partir de sus propios genomas, tienen un mayor potencial para evitar la resistencia antiviral".
Vea un vídeo a continuación que ilustra el mecanismo de acción del peptoide.
Estudio en enfermedades infecciosas : los oligómeros peptidomiméticos que se dirigen a la fosfatidilserina de membrana exhiben una amplia actividad antiviral