Una reciente publicación nos ha hecho saber sobre el caso de un paciente que falleció en EEUU después de que se retirara el catéter que tenia en el cuello.
Maniobra inexperta que pensábamos que ya estaba extinguida. Se aprovecha en recordar algunos aspectos sobre este tema.
Casos:
Una paciente de 64 años internada en UCI aquejada de múltiples patologías entre ellas insuficiencia renal aguda requirió hemodiálisis durante varios días.
Al cabo de dos semanas mejoró lo suficiente para pasar a cuidados intermedios donde pudo recibir a sus familiares sentados en un sillón.
En ese momento el residente de primer año retira el catéter colocado en la subclavia.
La enfermera contempla la maniobra pero no dice nada.
Al terminar el procedimiento el paciente pierde el conocimiento, convulsiona y es intubada. A posteriori se detecta una hemiplejía izquierda y persiste con convulsiones. (Ann Int Med 2004, 140: 1025-1033)
El análisis de causa raíz de este caso efectuado en el hospital detectó varias fallas:
- Inexperiencia del residente
- Falta de un protocolo para extracción de catéteres
- Falla en la comunicación (la enfermera que vio el procedimiento no se animó a decir algo)
El primer punto cuestiona aspectos tan importantes como el entrenamiento y la supervisión de los médicos jóvenes.
¿Cómo se enseñan los procedimientos?
¿Hay una educación clara, formal?
¿Se sobreentiende que se van transmitiendo "pasivamente"?
Un artículo de 1999 citado frecuentemente en la literatura (Embolia gaseosa venosa por cateterismo venoso central: necesidad de aumentar la conciencia médica, Ely EW Hite RD, Johnson MM. Bowton DL HaponikEF Crit Care Med 199; 27 (10):2113.7) demostrado que en una población de 127 médicos, si bien la mayoría colocaba al paciente en posición de Trendelemburg para colocar una vía central solo el 30% demostraba preocupación por la embolia gaseosa, y durante la maniobra de extracción del catéter esa cifra disminuyó al 26%.
Un 13% de los médicos elevaban la cabeza durante la extracción, aumentando así el riesgo de embolia gaseosa.
Se realizó una intervención educativa pero al cabo de seis meses, si bien se adoptó la posición en Trendelemburg la preocupación por la embolia gaseosa había nuevamente desaparecido.
En una encuesta realizada en 203 hospitales de EEUU, Gran Bretaña y Nueva Zelanda se reveló que el 58% de los residentes recibían supervisión adecuada.
El restante 42% no recibió la misma atención atribuyéndolo a la presión del tiempo y la necesidad de demostrar productividad.
Entre la presión por la productividad y la seguridad del paciente la mayor parte de las instituciones se inclina por la primera.
¿Sustituye o complementa el entrenamiento?
La mayor parte de los artículos y capítulos dedicados a las vías venosas hacen énfasis en las maniobras de colocación y mantenimiento, haciendo énfasis especial en el control de las infecciones.
Las recomendaciones respecto al retiro de los catéteres no abundan, excepto aquellos casos que se refieren a una embolia gaseosa.
Vamos a recordar algunos casos publicados:
Un hombre de 67 años acaba de completar una serie de quimioterapia y se retira el catéter el día anterior al alta. Se cierra el orificio y se aplica presión por varios minutos. Minutos después el paciente se sienta en una silla, experimenta mareos, pierde el conocimiento y falla sin poder ser reanimado.
Una mujer de 65 años en postoperatorio de una cirugía abdominal a la que se retira un catéter central estando sentada experimenta paro cardiorespiratorio del que sale. Queda con un déficit neurológico.
Un hombre de 60 años al que se le retira el catéter de triple luz por el que había estado recibiendo alimentación parenteral escucha un chiste que le hace la enfermera quien acaba de ocluir el orificio con gasa y cinta adhesiva.Rie con ganas,se incorpora y cae de la cama, Presenta paro cardíaco y no puede ser resucitado.
Dr. Ramón REYES, MD, [24/07/2022 14:02]
Un hombre de 43 años al que se retira un catéter yugular estando acostado, pierde el conocimiento al levantarse y falla, En la autopsia se comprueba una masa de aire que ocupa el atrio derecho.
Un joven de 20 años de alta después de una cirugía, sale del edificio para fumar un cigarrillo 30 minutos después de habérsele retirado un catéter de triple luz. De acuerdo a los familiares inspira profundamente el humo y presenta de inmediato dolor precordial y disnea. .es reingresado y se comprueba que tiene una embolia gaseosa.
A continuación vamos a resumir las recomendaciones de un excelente artículo:
"Prevención de la embolia gaseosa al retirar el CVC. Un enfoque basado en la evidencia para cambiar las prácticas", Peters Debra, Med Sur Nursing 2004
La embolia aérea es una de las complicaciones más graves de los catéteres venosos centrales
Su frecuencia ha sido diversamente estimada con cifras tan diversas como un caso cada 47 a un caso cada 3000. El embolismo se produce cuando la presión intratorácica es menor que la atmosférica permitiendo que el aire pase a través de un trayecto abierto que comunica con el sistema. venoso. Reir, llorar, gritar, estornudar pueden determinar que se aspiran de 10 a 15 cc de aire al sistema venoso.
El aire llega al corazón determinando un bloqueo a nivel de la válvula pulmonar lo que se traduce con síntomas y signos como mareos, pérdida del conocimiento, cianosis, malestar respiratorio, presión venosa elevada y un murmullo característico conocido como rueda de molino, que es transitorio ya. menudo pasa desapercibido.
Ante la sospecha de una embolia gaseosa el paciente debe colocarse en Trendelenburg, en decúbito izquierdo, administrar oxigeno y establecer el monitoreo de sus funciones vitales.
Las medidas que deben tomarse al retirar el catéter deben contemplar estos pasos:
El paciente debe permanecer en posición supina en Trendelemburg o si no la tolera en semi Fowler durante el procedimiento y entre 30 y 60 minutos más después de concluido.
No es conveniente que en ese lapso inspire profundamente, ria o grite.
El paciente debe colaborar mediante la maniobra de Valsalva durante la extracción.
El catéter debe removerse cuidadosamente aplicando presión con una gasa sobre el orificio hasta lograr la hemostasia.
Cubrir el orificio con gasa previa colocación de tópico desinfectante y sellarla con cinta. Puede ser necesario dar puntos de sutura si el orificio está muy abierto.
La curación debe permanecer por lo menos 24 horas.
Factores que favorecen la producción de una embolia gaseosa:
- Rotura del catéter o el desprendimiento de sus conexiones
- Hipovolemia
- Inspiración
- Existencia de un trayecto fibroso
Este hecho enfatiza la necesidad de colocar una curación hermética sobre el orificio de salida.