Ingenieros de la Universidad de Colorado en Boulder han desarrollado un microrobot médico que funciona con ondas acústicas. Los diminutos dispositivos, que tienen 20 micrómetros de ancho y considerablemente más pequeños que el ancho de un cabello humano, pueden moverse increíblemente rápido para su tamaño, alcanzando una velocidad de 3 milímetros por segundo. Para poner esto en contexto, si un microrobot y un guepardo del mismo tamaño tuvieran una carrera, el microrobot ganaría cómodamente. Las diminutas estructuras están fabricadas con polímeros biocompatibles e incluyen una serie de tres aletas y una cavidad que contiene una burbuja de aire. La burbuja genera movimiento a través de vibraciones, que son estimuladas por ondas acústicas emitidas desde el exterior. Los robots tienen un potencial significativo para la administración de medicamentos y los investigadores de Colorado ya están investigando la posibilidad de usarlos para administrar medicamentos a la vejiga.
Los microrobots continúan evolucionando bajo la dirección de un número cada vez mayor de equipos de investigación. El objetivo de los investigadores biomédicos es simple y en un momento se consideró fantástico: crear máquinas diminutas que puedan realizar funciones dentro del cuerpo, como la administración de medicamentos o incluso procedimientos quirúrgicos. "Los robots a microescala han despertado mucho entusiasmo en los círculos científicos, pero lo que los hace interesantes para nosotros es que podemos diseñarlos para realizar tareas útiles en el cuerpo", dijo C. Wyatt Shields, investigador involucrado en el proyecto.
"Imagínese si los microrobots pudieran realizar ciertas tareas en el cuerpo, como cirugías no invasivas", añadió Jin Lee, otro investigador involucrado en el proyecto. "En lugar de cortar al paciente, podemos simplemente introducir los robots en el cuerpo a través de una pastilla o una inyección, y ellos mismos realizarán el procedimiento".
Estos últimos robots se han orientado a enfermedades de la vejiga, como la cistitis intersticial, también conocida como síndrome de vejiga dolorosa. En la actualidad, los pacientes deben acudir a una clínica varias veces durante unas pocas semanas y recibir dexametasona mediante catéter. Estos investigadores deseaban desarrollar una tecnología que redujera el número de visitas requeridas por los pacientes y proporcionara una administración de medicamentos más duradera y sostenida.
Su solución es un microrobot que se administra a través de la vejiga y que puede ofrecer una liberación sostenida de dexametasona durante varios días, lo que ayuda a los pacientes a evitar tantas citas. Los diminutos robots parecen pequeñas hélices y contienen una pequeña burbuja de aire en su interior. Esta burbuja comienza a vibrar cuando hay una señal acústica externa, impulsando a los microrobots por su entorno.
Hasta ahora, los investigadores han probado los microrobots en ratones. Colocaron miles de robots en las vejigas de los ratones, donde se pegaron a las paredes de la vejiga, reduciendo el riesgo de que simplemente volvieran a orinar.
Vea un vídeo de los robots a continuación:
Estudio en la revista Small : Microrobots basados en burbujas con movimientos circulares rápidos para fijación epitelial y administración de fármacos