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Historia gráfica de las máscaras protectoras: su evolución desde la Gran Guerra al Covid-19 CORONAVIRUS (SARS-Cov-2)

EMS Solutions International |

 

La máscara de la plaga


Esta curiosa máscara con forma de cabeza de pájaro y un largo pico es una de las más antiguas que se conservan. Fue creada en Alemania o Austria entre mediados del siglo XVII y mediados del XVIII como un mecanismo de protección para los médicos que trataban a los infectados por la plaga, enfermedad que se desató en Europa en la década de 1340 y continuó golpeando al continente durante siglos. Está hecha de terciopelo, cuero y ojos de cristal y el doctor iría acicalado también con un larga prenda y unos guantes gruesos.
Museo Histórico Alemán

Máscara de humo Nealy
En 1877, en Inglaterra se inventó y se patentó como un respirador la máscara de humo Nealy, un modelo más refinado de la propuesta de Da Vinci en el siglo XV. Consistía en una esponja empapada de agua que se colocaba sobre la boca para actuar como filtro del gas y una bolsa en forma de depósito que se colgaba al cuello. Apretando el saquito, el agua subía y volvía a mojar esta suerte de mascarilla.

CDC


El primer respirador de Gibbs

A finales del siglo XIX se creó esta mascarilla como defensa ante la inhalación de polvos venenosos, destinada fundamentalmente a los trabajadores de las industrias. Si bien no parece un modelo demasiado complejo, sería la base empleada en las décadas posteriores para desarrollar un respirador mucho más eficaz.
Gasmaskbunker




La Gran Plaga de Manchuria
Entre elotoño de 1910 y la primavera del año siguiente, una devastadora peste neumónica provocó más de 60.000 muertes en esta zona del noreste de China. El doctor Wu Lien-teh, tras descubrir que la enfermedad se propagaba por el aire, desarrolló máscaras quirúrgicas con capas de gasa y algodón, modificando los modelos que había manejado durante su formación en Cambridge. Otra variante fueron esta especie de cascos que se aprecian en la imagen.

Wikimedia Commons


La Gran Guerra
La I Guerra Mundial fue la primera contienda de la historia en la que se emplearon gases químicos como arma. Se calcula que estos vapores provocaron la muerte de unas 90.000 personas. Ambos bandos tuvieron que ingeniar máscaras antigás para evitar el exterminio de sus ejércitos.

IWM

Máscaras para soldados, civiles... y animales
Los gases tóxicos convirtieron las trincheras de la I Guerra Mundial en un infierno para los soldados y sus medios de transporte, los caballos. Pero la nueva amenaza invisible también se cernió sobre la población civil: aquí un equipo de fútbol británico jugando con máscaras antigás.

Wikimedia Commons

Y estalla la gripe española
Las mascarillas se convirtieron en un accesorio imprescindible durante la pandemia de la gripe española, iniciada en la primavera de 1918 y que se cobró la vida de unos 50 millones de personas —un cómputo mayor que los soldados y civiles muertos durante la I Guerra Mundial—. Policías, enfermeras, barberos, barrenderos... las ciudades adoptaron un aspecto desconocido hasta el momento, que no encontrará parangón hasta los tiempos actuales del coronavirus.

Wikimedia Commons


El aparato respiratorio de Gibbs se perfecciona

En 1920, la Oficina de Minas de Estados Unidos, formada una década antes para combatir los elevados índices de mortalidad de los mineros, certificó el primer respirador, obra del ingeniero e inventor W. E. Gibbs. Este aparato de respiración autónoma de circuito cerrado funcionaba con oxígeno comprimido y un depurador de cal sodada para eliminar el dióxido de carbono. Pero los mineros no fueron los únicos en utilizarlo: ante el devastador panorama provocado por la Gran Guerra y la pandemia de la influenza, departamentos de bomberos, sanitarios, aviadores, el sector de la industria e incluso la marina recibieron sus modelos.
CDC

La II Guerra Mundial


El Zyklon B, el gas utilizado por los nazis en los campos de exterminio para ejecutar la Solución Final, fue el arma más escalofriante de la II Guerra Mundial. Sin embargo, y al contrario que en la Gran Guerra, ni las fuerzas del Eje ni los Aliados emplearon de forma sistemática los vapores tóxicos contra las posiciones enemigas. Aun así, los soldados contaron con aparatos respiratorios mucho más eficaces. También la población civil: en la segunda de estas imágenes aparece un matrimonio británico en su casa en 1941 con máscaras antigás en la cabeza.

Wikimedia

La II Guerra Mundial


El Zyklon B, el gas utilizado por los nazis en los campos de exterminio para ejecutar la Solución Final, fue el arma más escalofriante de la II Guerra Mundial. Sin embargo, y al contrario que en la Gran Guerra, ni las fuerzas del Eje ni los Aliados emplearon de forma sistemática los vapores tóxicos contra las posiciones enemigas. Aun así, los soldados contaron con aparatos respiratorios mucho más eficaces. También la población civil: en la segunda de estas imágenes aparece un matrimonio británico en su casa en 1941 con máscaras antigás en la cabeza.

Wikimedia Commons

La protección de los bebés


Durante la II Guerra Mundial también se registraron escenas como esta, en Reino Unido: una madre con su bebé recién nacido, ambos todavía en el hospital, pertrechados con una máscara y una suerte de escafandra antigás. La pandemia del coronavirus ha arrojado una postal similar: neonatos, en este caso de Tailandia, con viseras de protección para esquivar el virus.

IWM / Reuters


La Gran Niebla de Londres

En diciembre de 1952, el centro de Londres y un radio de 32 kilómetros quedaron sumidos bajo una densa niebla provocada por un frente frío sin viento y la quema de combustibles fósiles de baja calidad. Se generó un fenómeno denominado como 'smog', una mezcla de niebla y humo, una boina altamente nociva para la salud que obligó a los británicos a convivir varios días con mascarillas de tela.

Ratas de túnel

Así se nombró en la Guerra de Vietnam a los especialistas estadounidenses que se internaron en los túneles construidos por el Vietcong para explorarlos, obtener información de inteligencia, acabar con el enemigo y proceder a su destrucción. Habitualmente estaban llenos de trampas, y a veces impregnados de gas, por lo que era necesario portar máscaras

La Guerra Fría


La amenaza de una guerra nuclear entre Occidente y la URSS fue constante durante la segunda mitad del siglo XX. Este es un prototipo de máscara antigás GP-5 de fabricación soviética que se empezó a repartir a la población en 1962 y estaba destinada a proteger de las partículas de la radioactividad. Tenían un efecto protector de 24 horas.

DDR


El desastre nuclear de Chernóbil


El 26 de abril de 1986, el estallido del reactor de la planta nuclear de Chernóbil liberó toneladas de material radiactivo que se propagaron por todo el continente. Los primeros bomberos llegaron con lo puesto, con un material ridículo, muriendo pocas horas después. A medida que las autoridades soviéticas se fueron dando cuenta de la envergadura de la tragedia —extremo que trataron de ocultar—, entregaron a los liquidadores un equipamiento más adecuado, aunque muchos no lo utilizaron. "Al cabo de un par de días nos dieron como unas máscaras antigás, pero nadie las usaba", relata uno de los soldados soviéticos en el libro 'Voces de Chernóbil', de Svetlana Aleksiévich.

Reuters



esde hace cientos de años una enfermedad ha mantenido en jaque al ser humano. La peste negra ha sido una de las plagas más letales de la historia de la humanidad. Esta terrible pandemia, causada por la bacteria Yersinia pestis, asoló diversas zonas del planeta a lo largo de varias oleadas durante siglos. La peste de Justiniano, en 561 d.C., mató a unas 10.000 personas al día, pero una de las más famosas y mortíferas fue, sin duda alguna, la epidemia de peste que asoló Europa en el siglo XIV y que acabó con la vida de millones de personas. En el siglo XVII, la peste también causó estragos en brotes recurrentes de la enfermedad que fueron letales en el viejo continente, y continuó con brotes intermitentes hasta 1879

Fukushima y el 11-S

En las últimas décadas, las máscaras parecen estar asociadas a catástrofes y desgracias. La primera imagen corresponde a científicos japoneses visitando las instalaciones de la central nuclear de Fukushima arrasada por un tsunami en 2011. La otra es de una década antes, de las consecuencias del ataque terrorista contra el corazón de Nueva York. Muchos de los bomberos y trabajadores recurrieron a estos elementos de protección para no asfixiarse entre los escombros y la marabunta de polvo provocada por el derrumbe de las Torres Gemelas.
Reuters / New York National Guard photo

Armas químicas en la Guerra Civil de Siria

El uso de gases químicos —el sarín, por ejemplo— como arma de guerra regresó una vez más en la contienda civil siria. En varias ocasiones, según constató la ONU, el gobierno de Bachar al Asad empleó estos gases contra los rebeldes. Las máscaras antigás protagonizaron numerosas imágenes de la contienda que ha devastado al país.
Reuters




La nueva normalidad del coronavirus


Las máscaras y mascarillas vuelven ahora a formar parte de nuestra vida, convertidas en un mecanismo de protección frente a la propagación del coronavirus. Estas imágenes ya ocupan una página del álbum de la Historia.
Reuters
FUENTE https://www.elespanol.com/cultura/20200502/historia-mascaras-protectoras-evolucion-gran-guerra-coronavirus/486731324_3.html#img_18




Un hombre y una mujer se protegen con unas curiosas mascarillas en 1919 en Londres. / Foto: Mary Evans


El ‘pico de pájaro’
Si hay una máscara que sobrecoge casi en la misma medida que la enfermedad de la que pretendía proteger esa es la utilizada por los médicos y el personal que atendía a los enfermos de peste. Porque a fin de evitar el contagio, utilizaban guantes de cuero, gafas, sombrero de ala ancha y un enorme abrigo de cuero encerado que llegaba hasta los tobillos. Sin embargo, lo más llamativo del atuendo era la máscara con forma de pico de ave, junto a la vara que se usaba para apartar a aquellos que se acercaban demasiado.
La forma de la máscara tenía varios propósitos. El pico impedía que el doctor se acercase al aliento del infectado. Además, podían rellenar esa zona con plantas aromáticas para mitigar los olores. La máscara también incluía ojos de cristal para salvaguardar los globos oculares. Sin embargo, ahora sabemos que solo podría haber sido útil en los casos de peste neumónica, que se contagia como hace en la actualidad el coronavirus. No así en el caso de la bubónica, que se transmitía  por la picadura de pulgas infectadas procedentes de roedores, originando bubones en ingles y axilas.
El aspecto de esta máscara ha sido tan emblemático que, por ejemplo, en Italia, el ‘médico de la peste’ se convirtió en un disfraz popular, que tampoco falta en las películas de terror.
Uso generalizado de la mascarilla
El uso generalizado de la mascarilla se dio por primera vez a principios del siglo XX, con la llegada de la gripe española. La elegida era la mascarilla tipo quirúrgico, inferior en protección a la actual. Eso en el mejor de los casos, pues la mayoría eran de fabricación casera, con gasas, esparadrapos y otros materiales que ahora no pueden resultar ridículos pero que eran con los que se podía contar con aquel entonces.
Protección con mascarillas en el Siglo pasado 

Historia gráfica de las máscaras protectoras: su evolución desde la Gran Guerra al coronavirus

 Imagina por un momento que hubieras nacido en el año 1900.
A tus 14 años comienza la Primera Guerra Mundial y termina cuando tienes 18 con un saldo de 22 millones de muertos.
Poco después aparece una pandemia mundial, la Gripe Española, matando a 50 millones de personas.
Y tú estás vivo y con 20 años.
Cuando tienes 29 años sobrevives a la crisis económica mundial que comenzó con el derrumbe de la Bolsa de Nueva York, ocasionando inflación, desempleo y hambruna.
Cuando tienes 33 años los Nazis llegan al poder.
Cuando tienes 39 años comienza la Segunda Guerra Mundial y termina cuando tienes 45 años con un saldo de 60 millones de muertos.
Cuando tienes 52 años comienza la guerra de Corea.
Cuando tienes 64 años comienza la guerra de Vietnam y termina cuando tienes 75 años.
Un niño que nace en 1985 piensa que sus abuelos no tienen la menor idea de lo difícil que es la vida, pero ellos han sobrevivido a varias guerras y catástrofes.
La gente se queja porque por varias semanas se deben quedar confinados en sus casas, tienen electricidad, celular, comida, agua caliente y un techo seguro sobre sus cabezas
Pero la humanidad sobrevivió esas circunstancias y nunca perdieron su alegría de vivir.
Hoy nos quejamos porque tenemos que usar tapabocas

¡Cuídate!   

Texto de: Enrique LopezRocha



Guía para la compra de mascarillas by lamoncloa.gob.es. COVID-19

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