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July, 12 2019
  • Post by Marco Torres
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Bianca Alicia Soto Hernández - julio 28, 2025

Me sirvió mucho para comer más a fondo del método MARCH para poder atender una urgencia médica en el campo de batalla

Graciela Isabel Florez Cruz - julio 28, 2025

¡Excelente artículo! Me parece muy positivo que se difunda de manera tan clara y concisa un enfoque estructurado como el de las “cuatro D” para el manejo de la hemorragia masiva. Resaltar la importancia de la detección temprana, la presión directa como medida inicial crucial y la incorporación de dispositivos como torniquetes y vendajes hemostáticos es fundamental para mejorar la supervivencia. Además, enfatizar el concepto de reanimación hipotensiva para evitar la dilución de la sangre y la alteración de los coágulos es un punto clave y a menudo pasado por alto. Es muy valioso que el autor conecte la experiencia del campo de batalla con el ámbito civil, mostrando la relevancia de estas estrategias para reducir las muertes evitables por hemorragia en ambos contextos. Las estadísticas presentadas sobre la alta mortalidad asociada a la hemorragia, tanto en entornos militares como civiles, subrayan la urgencia de una intervención rápida y eficaz. La recomendación de priorizar la aplicación temprana de torniquetes en casos de hemorragia masiva y la aclaración sobre su seguridad durante las primeras dos horas son mensajes importantes y potencialmente salvavidas. La omisión intencional de la reanimación con líquidos en la fase inicial del manejo de la hemorragia masiva también es un punto crítico que merece atención. En cuanto al control de las vías aéreas, es positivo que se destaque la necesidad de una vía aérea permeable para la supervivencia. Si bien el autor critica la falta de detalles sobre la evaluación y el tratamiento, el énfasis en no intervenir innecesariamente en pacientes con vías aéreas y respiración adecuadas es una consideración importante para evitar complicaciones. La mención de la cricotiroidotomía como una habilidad potencialmente más accesible que la intubación en ciertos contextos de emergencia también es un punto interesante para la reflexión en el ámbito del SEM. Respecto al soporte respiratorio, la identificación de la evaluación del traumatismo torácico como un componente clave es acertada. La discusión sobre la posible mayor prevalencia de neumotórax a tensión en el ámbito civil, en comparación con los datos más recientes del campo de batalla, es una observación relevante para los profesionales de emergencias médicas. La cautela sobre la ventilación excesiva y su potencial efecto negativo en la circulación es un recordatorio importante. En la sección de circulación, la crítica a la reanimación con líquidos claros y la recomendación de priorizar la sangre completa y otros hemoderivados en la reanimación del shock hemorrágico es una postura muy positiva y alineada con las guías actuales basadas en la evidencia. La mención del ácido tranexámico (TXA) y las fajas pélvicas como elementos importantes en el manejo del paciente traumatizado también es valiosa. Finalmente, la inclusión de la hipotermia como un factor crítico en la tríada mortal y la conexión con el uso inadecuado de líquidos claros en la reanimación es una observación perspicaz. La mención de la coagulopatía traumática aguda (ATC) como un problema importante en la coagulopatía inducida por trauma (TIC) añade profundidad a la discusión. En relación con la lesión craneal, la nemotecnia de las “bombas H” (hipoxia, hiperventilación, hipotensión, hipoglucemia) proporciona una herramienta útil para recordar los factores que pueden empeorar una lesión cerebral secundaria. La inclusión de las recomendaciones del TCCC para el monitoreo y tratamiento de pacientes con traumatismo craneoencefálico moderado/grave, incluyendo el uso de solución salina hipertónica y la hiperventilación controlada en casos de herniación, es información valiosa. La sugerencia de considerar el manejo de la hipoglucemia en el ámbito del SEM también es pertinente. En general, el artículo presenta información crucial de manera organizada y destaca la importancia de un enfoque proactivo y basado en la evidencia para el manejo del paciente traumatizado. La conexión entre la medicina de combate y la medicina civil es un punto fuerte, y las discusiones sobre las controversias y las áreas de mejora en el manejo prehospitalario son muy valiosas para fomentar la reflexión y la actualización de los protocolos. ¡Un aporte significativo para la comunidad de profesionales de emergencias!

Julieta Reyes Guevara - julio 28, 2025

Muy interesante la medicina táctica, se puede salvar muchas vidas para poder seguir sirviendo al país

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